- Para encajar en el entorno
- Para evadirse o relajarse
- Para disipar el aburrimiento
- Para parecer mayor
- Para rebelarse
- Para experimentar
Las drogas son esencialmente venenos. La cantidad que se consume determina su efecto.
Una
pequeña cantidad actúa como estimulante (te acelera). Una cantidad
mayor, actúa como un sedante (te entorpece). Una cantidad aún mayor
puede envenenar y matar a la persona.
Esto es cierto para cualquier droga. Sólo la cantidad requerida para alcanzar el efecto varía.
Pero
muchas drogas tienen otro riesgo: afectan directamente a la mente.
Pueden distorsionar la percepción del consumidor de lo que está
ocurriendo alrededor de él o de ella. Como resultado, las acciones de la
persona pueden ser extrañas, irracionales, inapropiadas y hasta
destructivas.
Las drogas bloquean todas las
sensaciones, tanto las deseadas como las no deseadas. Así que, mientras
proporcionan ayuda a corto plazo aliviando el dolor, también anulan la
habilidad, la lucidez y nublan tu capacidad de pensar.
Los
medicamentos son drogas que pretenden acelerar, desacelerar o cambiar
la manera en que el cuerpo está funcionando, tratando de hacerlo
funcionar mejor. Algunas veces son necesarias. Pero aún así, no dejan de
ser drogas: actúan como estimulantes o sedantes, y demasiada cantidad
puede matarte. Así que, de acuerdo a lo anterior, si no usas los
medicamentos como se supone que deben ser usados, pueden ser tan
peligrosos como las drogas ilegales.
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